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El sábado 5 de mayo, más 800 mil personas salieron a las calles de Lima, para participar de la Marcha por la Vida 2018. 

La marcha comenzó a las 3:00 p.m. (hora local) y recorrió la Avenida Brasil rumbo a la Costa Verde (Magdalena del Mar).

En la ceremonia de apertura se dio a conocer el “Manifiesto por la Vida, la Familia y los Valores del Perú”, valioso documento que denuncia la ideología de género y declara en Estado de emergencia moral al gobierno, empeñado en promover el aborto y la "cultura" LGTBita.
“El Perú es un estado libre y soberano dónde la mayor parte de la población quiere vivir en paz respetando el primer derecho de todos, el derecho inalienable a la vida. Hay que respetar la vida de todos los peruanos empezando por los más indefensos. El Perú mayoritario defiende la vida del concebido. Toda vida vale. Que nadie olvide eso”, dice el documento.
El presidente del Congreso de la República, Luis Galarreta, se unió a la Marcha por la Vida, declarando que luchará contra la posibilidad de legalizar el aborto en el Perú, y aseguró que continuará con esa “batalla” desde el cargo que le corresponda ejercer.
“Democráticamente, pelearemos para que eso jamás suceda en el país. El Perú es un baluarte en la región americana y un modelo hasta en Europa, porque ha mostrado una fortaleza, en ese sentido. Y mientras aquí estemos algunos, daremos la batalla para que no se dé”, dijo Galarreta en declaraciones a RPP.
A pesar del ambiente festivo de la Marcha por la Vida, activistas proaborto y LGTBitas irrumpieron en medio de la celebración, portando letreros y gritando insultos contra la iglesia, los sacerdotes y el cristianismo. Efectivos de la Policía Nacional del Perú tuvieron que retirarlos debido a las provocaciones que cometían contra los provida y familia, que quedaron atónitos debido a esta contramanifestación que no llegó a más.

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