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La familia, ha sido en los últimos meses  el centro de ataques y defensas de los  diferentes  actores de la sociedad peruana, discutiendo el  proyecto de  la ley de la unión civil (matrimonio homosexual), donde los medios de comunicación abiertamente estuvieron a favor de dicha ley y no solo eso sino que  hicieron  apología en los programas de radio,  televisión y prensa escrita, a pesar de todo el trabajo maquiavelismo en contra de nuestra familia y del futuro del Perú, gracias al trabajo de congresistas cristianos  y no cristianos, que lucharon incansablemente, junto con  la iglesia del Movimiento Misionero Mundial, que se puso al frente de esta batalla movilizándose en grandes multitudes  y otros  grupos cristianos, se logró ganar  en la Comisión de Justicia;  poniendo fin a este proyecto en perjuicio de la moral y de la familia. 

Como Asambleas de Dios  hemos celebrado  y aplaudido pero, queda  en nuestra reflexión ¿cuál ha sido nuestra participación? ¿hemos sido solo actores pasivos?  O ¿ hemos  tenido presencia directa? ya que  somos la iglesia evangélica o denominación con más de un millón de miembros  ¿nos importa lo que suceda  en nuestro país ¿ o solo nos importa lo que pasa  en nuestro mundo  interior?, dejando que sean otros que hablen por  nosotros  dejando de cumplir  con nuestra labor de ser sal de la tierra y luz de este mundo, que de haberse aprobado  esta ley estaríamos  llorando como nuestros hermanos de  Chile  ¿ qué pasó allí? , si  la iglesia alcanza  al casi 40% de cristianos,  ¿será que  se quedaron en sus iglesias, solo preocupados  en su propio mundo o disfrutando de su crecimiento  como iglesia  de sus  grandes construcciones hermosos edificios  y se olvidaron de la realidad  del país?  No podemos repetir la historia de nuestros países hermanos.

Las Asambleas de Dios del Perú se tiene que  levantar,   a proclamar salir a las calles, denunciando el pecado tengamos  una  voz profética, preparemos a nuestros cristianos profesionales   para asumir  liderazgos  en los diferentes  niveles de la sociedad y del gobierno,   usemos los medios de comunicaciones radio, televisión, prensa escrita y redes sociales para proclamar las Buenas Nuevas de salvación.

Por: Pr. Manuel Menacho.
Director Nacional de Comunicaciones e Imagen.

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