Por: Pr. Freddy Lezama
Esa frase era tan común en casa, que me tenía cansado. En las últimas elecciones me toco sufragar en mi colegio donde estudie la secundaria, después de haber depositado mi voto, fui a ver mi salón de clases y una nostalgia me invadió que me hizo reflexionar sobre los años que había egresado, y aquellos que no supe aprovechar.
Sucede que en una determinada edad el ser humano suele ser alguien difícil de asimilar los consejos de los mayores y pareciera que fuéramos los dueños del mundo y solo nosotros tenemos toda la razón, el resto está mal, está desfasado, o no esta al día de lo que sucede.
Pero la juventud es corta y muchas veces nos cegamos con nuestra mocedad y terminamos envueltos en nuestra maraña de problemas debido a que somos bisoños en el arte de vivir, no es vivir por vivir, los años pasan, la primavera de nuestras vidas llegan a su final y llegamos a nuestro otoño, y si no capturamos ese consejo de nuestros mayores la vida nos pasara la factura.
Común era escuchar: el que estudia triunfa, en mis tiempos no lo entendí pero, luego comprendí, amigos los años pasan y no vuelven, muchas cosas se recuperan pero el tiempo es difícil de recuperarlo, no podemos llorar por esos años maravillosos si es que malgastamos nuestro tiempo y no somos buenos mayordomos de brevedad de la vida que tenemos. Mi pastor me decía tienes que vivir como si Cristo va a venir esta noche y como si él va a venir después de mil años. Vivamos con sabiduría.
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